Un arcoíris en cada joya, estos aretes excepcionales son una celebración de la belleza natural y la singularidad. Su diseño, inspirado en la magia de las turmalinas, presenta slices de esta gema con un degradado de color que evoca la belleza de un atardecer.
Cada pendiente presenta degradado de color que va del rosa al verde oscuro. Esta característica única hace que cada par de aretes sea una obra de arte irrepetible, un pequeño tesoro de la naturaleza.
El oro de 22 quilates sobre plata 925, complementan la paleta de colores de las turmalinas creando un equilibrio visualmente atractivo.
